Hoy me toca despedir a un señor con todas las letras. Aldo Berterreche fue dirigente de Huracán por más de 50 años. Era el socio más antiguo que tenía el club. Afortunadamente tuve el placer de compartir con él muchos momentos. Viajes por todo el país, largas sobremesas (siempre recuerdo una en Posadas, Misiones), tribunas de fútbol y de basquet. Aprendí mucho de él. Tuve el honor de llevar adelante un homenaje que Huracán le hizo en 2014 y otro en 2019. Teníamos un afecto mutuo, que lo expresábamos cada vez que nos encontrábamos. Me honró al invitarme a su cumpleaños número 90. Es triste despedir a una persona de bien, pero estoy seguro que Dios lo tendrá a su lado y él podrá reencontrase con su amada esposa y sus amigos del club, especialmente Lucio Donofrio, Mario Sastría, Roberto Bottino y Eduardo Masigoge. Mis condolencias a su familia, en especial a Zoco, su hijo. Hoy por la mañana al enterarme de la infausta noticia, escribí una nota en nombre de Huracán, a modo de homenaje póstumo.
«El hombre del maletín. Muchos lo conocían así al Sr. Aldo Berterreche. Era el socio más antiguo que tenía nuestro club. Esta madrugada falleció en Mar del Plata, ciudad donde residía desde hace pocos años, contaba con 94 años. De jóven se acercó al club, habiendo practicado fútbol, integrando los equipos de cuarta y segunda división en los primeros años de la década del 40. También practicó pelota a paleta. Su paso por la práctica activa del deporte no alcanzó gran significación pero donde si se destacó fue en la faz dirigencial. Servicial como pocos y dispuesto a ocupar el puesto que se le asignase, integró numerosas subcomisiones como asimismo la Comisión Directiva por largos años. Muchos lo recordarán cuando ya pasados sus 70 años viajó por el país entero acompañando a Huracán en su periplo que lo catapultó a la primera división. Era el encargado de hacer las planillas de los partidos y viajó junto al equipo brindando su sapiencia, su buen humor y su amor incondicional por el globo. Como anécdota quedará por los tiempos, el famoso maletín que lo acompañaba en todo momento. Allí tenía los carnets de los jugadores y las planillas de los partidos. Tanto de local como de visitante, segundos antes que Huracán entrase al campo de juego, Aldo ingresaba y agitaba su maletín para que la parcialidad del globo aumente su aliento y se lancen al cielo papeles, bengalas, globos y demás elementos que la hinchada tenía en su poder. Este ritual lo repitió en todo el país, y quedó marcado a fuego en todos los hinchas de Huracán. Toda su vida estuvo ligada al club, que afortunadamente le reconoció en vida su fidelidad y entrega. En el año 2014 se colocó una placa con su nombre en una de las entradas al estadio Roberto Bottino. El 3 de enero de 2019 recibió un reconocimiento por ser asociado al club por más de 70 años. Cuando cumplió 90 años los festejó en nuestro club, rodeado de sus afectos y de muchos dirigentes de la institución. Nos deja un hombre íntegro, servicial, buen padre y esposo, vital hasta sus últimos días. Hoy Huracán está de luto. Nos ha dejado una persona que jamás será olvidada. Expresamos las condolencias de nuestro club a su hijo Nestor, sus nietos, sobrinos y demás familiares. Aldo, descanse en paz».-
Mis pareceres y mis sentires 